lunes, febrero 13, 2006

25.000 duchas por banda.

Si vives 80 años te duchas el 85% de esos años y de cada año te duchas el 95% de los días, a lo largo de tu vida vas a repetir esa operación casi 25.000 veces, así que no me digas que te parece extraño hacerlo siempre de la misma forma.

De hecho si ahora mismo tengo 30 años y me ducho diariamente desde los 10 llevo unas 7.000 duchas lo que me convierte en un veterano pero también me deja unas 18.000 duchas por delante, es decir, toda una vida y unas posibilidades de optimización casi infinitas.

En fin, el caso es que hace ya un tiempo, pero no demasiado, hablaba con unos compañeros de trabajo sobre rutinas diarias y entre las que yo confesaba estaba mi rutina de la ducha.

Cada vez que me ducho, siempre por la mañana, mi cuerpo queda mentalmente dividido en cuatro partes independientes: extremidades inferiores, partes medias (o pudendas), tronco (incluyendo brazos) y cabeza.

Con cada una de las partes sigo un proceso específico estudiado y optimizado a base de miles de repeticiones:

1. Primero me lavo las piernas, empezando por el pie izquierdo, pierna izquierda, pie derecho y pierna derecha.
2. Sigo con la parte media, pudenda, noble u otros muchos calificativos sobre la que no voy a entrar en detalle mas allá de que no descuido la higiene.
3. Más arriba y también más tarde, continúo con el tronco de la siguiente forma, primero el pecho y hombros (primero el izquierdo y luego el derecho), sigo con la espalda y termino con la tripa a la que prefiero llamar abdomen porque parece más atlético.
4. Finalmente, me queda la cabeza que concluyo con un par de operaciones simples: pelo, orejas y cara.

Esta es una rutina fija y estudiada que sólo varío si la noche anterior he sido malo y la resaca me hace tropezar en alguno de los pasos o si no me ducho en mi lugar habitual y debo cambiar la derecha por la izquierda debido a la orientación de la ducha con respecto a las paredes.

Evidentemente, si sigo una rutina en la ducha, también la sigo con el secado que se repetirá unas 25.000 veces a lo largo de mi vida y que por tanto también es digno de atención, pero no voy a entrar en este tema, de hecho aún me quedan 18.000 secados por delante (ya sabéis, toda una vida) y habrá oportunidades de contarlo en otro momento.