lunes, enero 09, 2006

Nichos de indignación recuperados.

Una entrada sobre la indignación causada en la blogosfera por la censura de MSN a un blogger chino a instancias del gobierno de Pekín, suscitó una interesante conversación con Gskinner de Refugio antiaéreo.

Fundamentalmente quedó patente que no había explicado con la suficiente claridad qué entendía por nicho de indignación, que Gskinner entendía mejor como nicho de autocomplacencia. Finalmente el acuerdo al que llegamos fue el siguiente:

Con nicho de indignación quería referirme a la indignación que sientes por una serie de asuntos menores. Al denunciarlos, te sientes más humano y solidario, cuando en realidad lo que estás haciendo es poner una barrera a la mala conciencia que podría importunar tu sueño occidental.

Evidentemente tendemos a que nuestro nicho de indignación sea lo menor posible, sólo lo suficientemente grande para tapar nuestra mala conciencia.

En el otro lado está el nicho de autocomplacencia, que tendemos a hacer lo mayor que nos resulta posible sin sentirnos pretenciosos y que evidentemente existe y complementa al nicho de indignación.

Lo que quería resaltar es que al lado de las tragedias e injusticias que ocurren diariamente me resulta curioso, incluso ridículo, la indignación que ha producido esta “tragedia menor”.
Y aquí podría surgir un debate interesante sobre la estética de la indignación.

    publicado en: Tercer mundo, pobreza

    6 comentarios:

    Pablo dijo...

    Me parece un concepto sugerente ese "nicho de indignación", empleado sin ningún matiz peyorativo. O dicho de otro modo, si la indignación se refiere a las condiciones de otros, ninguna expresión de indignación está libre de ese elemento autocomplaciente ("...te sientes más humano y solidario...") que el segundo concepto se esfuerza por desgajar.
    (Si la indignación es acerca de tus propias condiciones, no puede haber vanidad moral, pero entonces la reivindicación, dirán, está contaminada de egoísmo e interés: siempre vendrá alguien dispuesto a desautorizar la indignación, lo que debería inducirnos a pensar: algo tendrá la indignación que tanto molesta, la indignación parece ser una mecha peligrosa, el ingrediente secreto en la pócima de la movilización eficaz, en la indignación puede estar escondida la semilla de una indignación mayor que un día llegue a ese umbral crítico de indignación que tanto nos cuesta imaginar).

    Gskinner dijo...

    Ese umbral crítico de indignación al que haces referencia parece, más que inimaginable, irreal. La movilización social para provocar un cambio, o la revolución con mayúsculas parecen cosas del pasado. Podemos poner como un ejemplo reciente a Fracia. Siempre se ha caracterizado, nos guste o no, por canalizar esta indiganación social y llevarla a buen puerto (como ejemplo claro está su revolución). Últimamente en toda Europa a sobrevolado la sombra de una protesta social a gran escala a cuenta de la quema de coches como causa de las desigualdades injustas.

    Pero no ha pasado nada. Esto lo cuenta muy bien Chomsky, cuando dice algo así como que una sociedad como la americana (y en general occidental) es capaz de absorver cualquier idea o protesta contra sí misma. El caso opuesto está en Irak. Es decir, si no tienes dinero, la indignación solo puede aspirar al cambio. Si tienes dinero, y algo que perder, la indignación se ahoga con consumismo y miedo.

    La indignación que sentimos ante las injusticias producidas por las "tragedias menores" es real, nos avisa de que algo anda mal, y algo nos dice que les a tocado a "ellos" pero que podríamos ser nosotros, así que nos aferramos a lo nuestro (que es una tendencia natural del ser humano) dando la espalda al problema, lo que nos crea un malestar que tratamos de anestesiar con el "nicho de indignación".
    (me ha quedado un poco largo, siento ser tan chapas)

    Gskinner dijo...

    Se me olvidaba, gracias por el enlace en toda regla.

    Gskinner dijo...

    Leyendo el periódico esta mañana he recordado este tema por un artículo sobre "la compasión" en los tiempos que vivimos.

    Partía de la reacción que nos provoca el bombardeo continuo de noticias trágicas y la sobreinformación a la que estamos sometidos.

    Decía que es necesario pasar un poco por encima estos temas dolorosos, ya que si realmente sintiéramos el dolor por todas estas tragedias ajenas caeríamos en una depresión.

    Luego comentaba un poco la compasión desde el punto de vista filosófico y antropológico. La compasión fue un elemento imprescindible para la evolución del hombre de Cromagnon en el homo sapiens, ya que de esta forma puedieron aparecer actitudes colectivas y cooperativas.

    Mencionaba lo que algunos filósofos pensaban sobre la compasión. Para Platón, La rochefoucaul y Espinoza, entre otros, era un sentimiento negativo por interferir con la razón.

    Decía que,en general, las tragedias nos provocan un sentimiento compasivo y superficial que solo sirve para acallar nuestras conciencias, y que si realmente fuera completo, nos impulsaría a actuar y a buscar algún tipo de solución contra estas injusticias.

    También que es necesario como mecanismo de desarrollo personal y fuente de satisfacción por un lado, pero que por el otro, todos confiaríamos más en un cirujano frio y calculador que en otro que esté apenado por nuestra situación.

    raúl solera dijo...

    Dios mío, sin duda los comentarios me han superado, esto no es una conversación, es poesía.
    En fin, gracias por vuestra contribución, no tengo mucho más que añadir.
    Quizá en otra ocasión podríamos abundar sobre el concepto de injusticia más allá de la compasión.
    También me parece muy interesante el comentario de Gskinner sobre el bombardeo de noticias trágicas.
    Una de las escenas que más me impresionaron de "Hotel Rwanda" es cuando Paul Rusesabagina ve un video que unos periodistas han grabado de una matanza y dice algo así como: "Tenéis que mostrar esto cuando la gente en Europa lo vea hará algo". El periodista le responde que la gente lo verá en el telediario de las 9 cenando en la mesa, le prestará atención durante unos segundos y luego continuará con su cena.
    Me impresionó porque es probablemente lo que yo he hecho tantas veces.
    Sin duda creo que hemos perdido la capacidad de empatizar con el tercer mundo, se ha convertido sólo en algo que vemos por la tele y mucho más aburrido que la serie "Perdidos", al fin y al cabo ya sabemos como va a terminar. Todos mueren.
    Creo que esto se puede cambiar, aunque sólo sea ligeramente, las movilizaciones producen pequeños movimientos. Entre antes del 0,7 y despues del 0,7 algo cambió. Creo que la blogosfera ofrece pequeñas posibilidades de crear opinión colectiva, me parece muy interesante la iniciativa de Bruno Méndez y su blog JX3M que os invito a visitar.

    raúl solera dijo...

    Xabi, muchas gracias, por el piropo y por el link, en cuanto tenga un tiempo pienso hacer una reseña e incluirlo en mi "blogroll".